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San Buenaventura

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San Buenaventura

san buenaventuraLo único que sabemos acerca de este ilustre hijo de San Francisco de Asís, por lo que se refiere a sus primeros años, es que nació en Bagnorea, cerca de Viterbo, en 1221 y que sus padres fueron Juan Fidanza y María Ritella. Después de tomar el hábito en la orden seráfica, estudió en la Universidad de París, bajo la dirección del maestro inglés Alejandro de Hales.

Buenaventura, a quien la historia debía conocer con el nombre de «el doctor seráfico», enseñó teología y Sagrada Escritura en la Universidad de París, de 1248 a 1257. A su genio penetrante unía un juicio muy equilibrado, que le permitía ir al fondo de las cuestiones y dejar de lado todo lo superfluo para discernir todo lo esencial y poner al descubierto los sofismas de las opiniones erróneas. Nada tiene, pues, de extraño que el santo se haya distinguido en la filosofía y teología escolásticas. Buenaventura ofrecía todos los estudios a la gloria de Dios y a su propia santificación, sin confundir el fin con los medios y sin dejar que degenerara su trabajo en disipación y vana curiosidad.

La oración, clave de la vida espiritual

No contento con transformar el estudio en una prolongación de la plegaria, consagraba gran parte de su tiempo a la oración propiamente dicha, convencido de que ésa era la clave de la vida espiritual. Porque, como lo enseña San Pablo, sólo el Espíritu de Dios puede hacernos penetrar sus secretos designios y grabar sus palabras en nuestros corazones.

Tan grande era la pureza e inocencia del santo que su maestro, Alejandro de Hales, afirmaba que «parecía que no había pecado en Adán». El rostro de Buenaventura reflejaba el gozo, fruto de la paz en que su alma vivía. Como el mismo santo escribió, «el gozo espiritual es la mejor señal de que la gracia habita en un alma.»

El santo no veía en sí más que faltas e imperfecciones y, por humildad, se abstenía algunas veces de recibir la comunión, por más que su alma ansiaba unirse al objeto de su amor y acercarse a la fuente de la gracia. Pero un milagro de Dios permitió a San Buenaventura superar tales escrúpulos. Las actas de canonización lo narran así: «Desde hacía varios días no se atrevía a acercarse al banquete celestial.

Pero, cierta vez en que asistía a la Misa y meditaba sobre la Pasión del Señor, Nuestro Salvador, para premiar su humildad y su amor, hizo que un ángel tomara de las manos del sacerdote una parte de la hostia consagrada y la depositara en su boca.»

A partir de entonces, Buenaventura comulgó sin ningún escrúpulo y encontró en la santa Comunión una fuente de gozo y de gracias. El santo se preparó a recibir el sacerdocio con severos ayunos y largas horas de oración, pues su gran humildad le hacía acercarse con temor y temblor a esa altísima dignidad. La Iglesia recomienda a todos los fieles la oración que el santo compuso para después de la misa y que comienza así: Transfige, dulcissime Domine Jesu…

Celo por las almas

Buenaventura se entregó con entusiasmo a la tarea de cooperar a la salvación de sus prójimos, como lo exigía la gracia del sacerdocio. La energía con que predicaba la palabra de Dios encendía los corazones de sus oyentes; cada una de sus palabras estaba dictada por un ardiente amor. Durante los años que, pasó en París, compuso una de sus obras más conocidas, el «Comentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo», que constituye una verdadera suma de teología escolástica. El Papa Sixto IV, refiriéndose a esa obra, dijo que «la manera como se expresa sobre la teología, indica que el Espíritu Santo hablaba por su boca.»

Víctima de ataques

Los violentos ataques de algunos de los profesores de la Universidad de París contra los franciscanos perturbaron la paz de los años que Buenaventura pasó en esa ciudad. Tales ataques se debían, en gran parte, a 1a envidia que provocaban los éxitos pastorales y académicos de los hijos de San Francisco ya que la santa vida de los frailes resultaba un reproche constante a la mundana existencia de otros profesores. El líder de los que se oponían a los franciscanos era Guillermo de Saint Amour, quien atacó violentamente a San Buenaventura en una obra titulada «Los peligros de los últimos tiempos».

‘Éste tuvo que suspender sus clases durante algún tiempo y contestó a los ataques con un tratado sobre la pobreza evangélica, con el título de «Sobre la pobreza de Cristo.» El Papa Alejandro IV nombró a una comisión de cardenales para que examinasen el asunto en Anagni, con el resultado de que fue quemado públicamente el libro de Guillermo de Saint Amour, fueron devueltas sus cátedras a los hijos de San Francisco y fue ordenado el silencio a sus enemigos. Un año más tarde, en 1257, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino recibieron juntos el título de doctores.

Sus escritos y anhelo de la perfección cristiana

San Buenaventura escribió un tratado «Sobre la vida de perfección», destinado a la Beata Isabel, hermana de San Luis de Francia y a las Clarisas Pobres del convento de Longchamps. Otras de sus principales obras místicas son el «Soliloquio» y el tratado «Sobre el triple camino». Es conmovedor el amor que respira cada una de las palabras de San Buenaventura.

Gerson, el erudito y devoto canciller de la Universidad de París, escribe a propósito de sus obras: «A mi modo de ver, entre todos los doctores católicos, Eustaquio (porque así podemos traducir el nombre de Buenaventura) es el que más ilustra la inteligencia y enciende al mismo tiempo el corazón. En particular, el Breviloquium Itinerarium mentis in Deum están compuestos con tanto arte, fuerza y concisión, que ningún otro escrito puede aventajarlos.» Y en otro libro, comenta: «Me parece que las obras de Buenaventura son las más aptas para la instrucción de los fieles, por su solidez, ortodoxia y espíritu de devoción. Buenaventura se guarda cuanto puede de los vanos adornos y no trata de cuestiones de lógica o física ajenas a la materia. No existe doctrina más sublime, más divina y más religiosa que la suya.» Estas palabras se aplican sobre todo, a los tratados espirituales que reproducen sus meditaciones frecuentes sobre las delicias del cielo y sus esfuerzos por despertar en los cristianos el mismo deseo de la gloria que a él le animaba.

Como dice en un escrito, «Dios, todos los espíritus gloriosos y toda la familia del Rey Celestial nos esperan y desean que vayamos a reunirnos con ellos. ¡Es imposible que no se anhele ser admitido en tan dulce compañía! Pero quien en este valle de lágrimas no haya tratado de vivir con el deseo del cielo, elevándose constantemente sobre las cosas visibles, tendrá vergüenza al comparecer a la presencia de la corte celestial.» Según el santo, la perfección cristiana, más que en el heroísmo de la vida religiosa, consiste en hacer bien las acciones más ordinarias.

He aquí sus propias palabras: «La perfección del cristiano consiste en hacer perfectamente las cosas ordinarias. La fidelidad en las cosas pequeñas es una virtud heroica». En efecto, tal fidelidad constituye una constante crucifixión del amor propio, un sacrificio total de la libertad, del tiempo y de los afectos y, por ello mismo, establece el reino de la gracia en el alma. El mejor ejemplo que puede darse de la estima en que San Buenaventura tenía la fidelidad en las cosas pequeñas, es la anécdota que se cuenta de él y del Beato Gil de Asís.

Es elegido superior general de los Franciscanos

En 1257, Buenaventura fue elegido superior general de los Frailes Menores. No había cumplido aún los treinta y seis años y la orden estaba desgarrada por la división entre los que predicaban una severidad inflexible y los que pedían que se mitigase la regla original; naturalmente, entre esos dos extremos, se situaban todas las otras interpretaciones. Los más rigoristas, a los que se conocía con el nombre de «los espirituales», habían caído en el error y en la desobediencia, con lo cual habían dado armas a los enemigos de la orden en la Universidad de París. El joven superior general escribió una carta a todos los provinciales para exigirles la perfecta observancia de la regla y la reforma de los relajados, pero sin caer en los excesos de los espirituales.

El primero de los cinco capítulos generales que presidió San Buenaventura, se reunió en Narbona en 1260. Ahí presentó una serie de declaraciones de las reglas que fueron adoptadas y ejercieron gran influencia sobre la vida de la orden, pero no lograron aplacar a los rigoristas. A instancias de los miembros del capítulo, San Buenaventura empezó a escribir la vida de San Francisco de Asís.

La manera en que llevó a cabo esa tarea, demuestra que estaba empapado de las virtudes del santo sobre el cual escribía. Santo Tomás de Aquino, que fue a visitar un día a Buenaventura cuando éste se ocupaba de escribir la biografía del «Pobrecillo de Asís,» le encontró en su celda sumido en la contemplación. En vez de interrumpirle, Santo Tomás se retiró, diciendo: «Dejemos a un santo trabajar por otro santo». La vida escrita por San Buenaventura, titulada «La Leyenda Mayor», es una obra de gran importancia acerca de la vida de San Francisco, aunque el autor manifiesta en ella cierta tendencia a forzar la verdad histórica para emplearla como testimonio contra los que pedían la mitigación de la regla.

Lo nombran cardenal

San Buenaventura gobernó la orden de San Francisco durante diecisiete años y se le llama, con razón, el segundo fundador. En 1265, a la muerte de Godofredo de Ludham, el Papa Clemente IV trató de nombrar a San Buenaventura arzobispo de York, pero el santo consiguió disuadirle de ello. Sin embargo, al año siguiente, el Beato Gregorio X le nombró cardenal obispo de Albano, le ordenó aceptar el cargo por obediencia y le llamó inmediatamente a Roma. Los legados pontificios le esperaban con el capelo y las otras insignias de su dignidad; según se cuenta, fueron a su encuentro hasta cerca de Florencia y le hallaron en el convento franciscano de Mugello, lavando los platos. Como Buenaventura tenía las manos sucias, rogó a los legados que colgasen el capelo en la rama de un árbol y que se paseasen un poco por el huerto hasta que terminase su tarea. Sólo entonces San Buenaventura tomó el capelo y fue a presentar a los legados los honores debidos.

Gregorio X encomendó a San Buenaventura la preparación de los temas que se iban a tratar en el Concilio ecuménico de Lyon, acerca de la unión con los griegos ortodoxos, pues el emperador Miguel Paleólogo había propuesto la unión a Clemente IV. Los más distinguidos teólogos de la Iglesia asistieron a dicho Concilio. Como se sabe, Santo Tomás de Aquino murió cuando se dirigía a él. San Buenaventura fue, sin duda, el personaje más notable de la asamblea. Llegó a Lyon con el Papa, varios meses antes de la apertura del Concilio. Entre la segunda y la tercera sesión reunió el capítulo general de su orden y renunció al cargo de superior general. Cuando llegaron los delegados griegos, el santo inició las conversaciones con ellos y la unión con Roma se llevó a cabo. En acción de gracias, el Papa cantó la misa el día de la fiesta de San Pedro y San Pablo. La epístola, el evangelio y, el credo, se cantaron en latín y en griego y San Buenaventura predicó en la ceremonia.

Muere el Doctor Seráfico

El Seráfico Doctor murió durante las celebraciones, la noche del 14 al 15 de julio. Ello le ahorró la pena de ver a Constantinopla rechazar la unión por la que tanto había trabajado. Pedro de Tarantaise, el dominico que ciñó más tarde la tiara pontificia con el nombre de Inocencio V, predicó el panegírico de San Buenaventura y dijo en él: «Cuantos conocieron a Buenaventura le respetaron y le amaron. Bastaba simplemente con oírle predicar para sentirse movido a tomarle por consejero, porque era un hombre afable, cortés, humilde, cariñoso, compasivo, prudente, casto y adornado de todas las virtudes.»

La autoridad al servicio

Se cuenta que, como superior general, fue un día a visitar el convento Foligno. Cierto frailecillo tenía muchas ganas de hablar con él, pero era demasiado humilde y tímido para atreverse. Pero, en cuanto partió San Buenaventura, el frailecillo cayó en la cuenta de la oportunidad que había perdido y echó correr tras él y le rogó que le escuchase un instante. El santo accedió inmediatamente y tuvo una larga conversación con él, a la vera del camino.

Cuando el frailecillo partió de vuelta al convento, lleno de consuelo, San Buenaventura observó ciertas muestras de impaciencia entre los miembros de su comitiva y les dijo sonriendo: «Hermanos míos, perdonadme, pero tenía que cumplir con mi deber, porque soy a la vez superior y siervo y ese frailecillo es, a la vez, mi hermano y mi amo. La regla nos dice: ‘Los superiores deben recibir a los hermanos con caridad y bondad y portarse con ellos como si fuesen sus siervos, porque los superiores, son, en verdad, los siervos de todos los hermanos’. Así pues, como superior y siervo, estaba yo obligado a ponerme a la disposición de ese frailecillo, que es mi amo, y a tratar de ayudarle lo mejor posible en sus necesidades».

Tal era el espíritu con que el santo gobernaba su orden. Cuando se le había confiado el cargo de superior general, pronunció estas palabras: «Conozco perfectamente mi incapacidad, pero también sé cuán duro es dar coces contra el aguijón. Así pues, a pesar de mi poca inteligencia, de mi falta de experiencia en los negocios y de la repugnancia que siento por el cargo, no quiero seguir opuesto al deseo de mi familia religiosa y a la orden del Sumo Pontífice, porque temo oponerme con ello a la voluntad de Dios. Por consiguiente, tomaré sobre mis débiles hombros esa carga pesada, demasiado pesada para mí. Confío en que el cielo me ayudará y cuento con la ayuda que todos vosotros podéis prestarme». Estas dos citas revelan la sencillez, la humildad y la caridad que caracterizaban a San Buenaventura. Y, aunque no hubiese pertenecido a la orden seráfica, habría merecido el título de «Doctor Seráfico» por las virtudes angélicas que realzaban su saber. Fue canonizado en 1482 y declarado Doctor de la Iglesia en 1588.

http://www.santopedia.com/santos/san-buenaventura

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Monseñor Rico Pavés presente en la Conferencia Episcopal Española y celebrando la Eucaristía vísperas de la festividad de San Francisco Solano

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Monseñor Rico Pavés presente en la Conferencia Episcopal Española y celebrando la Eucaristía vísperas de la festividad de San Francisco Solano

El Sr. Obispo de Asidonia-Jerez mantuvo un encuentro junto a todas las áreas de la Comisión Episcopal de Evangelización, Catequesis y Catecumenado, además de presidir en Montilla las vísperas de la festividad de San Francisco Solano.

Durante este fin de semana, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez ha tenido una intensa actividad, comenzado la tarea en Madrid, donde en la Conferencia Episcopal Española mantuvo un encuentro junto a todas las áreas de la Comisión Episcopal de Evangelización, Catequesis y Catecumenado, organismo de la Iglesia española que preside. Asimismo, cabe mencionar que en esta reunión estuvieron presentes el Delegado Diocesano y Subdelegado Diocesano de Iniciación Cristiana de la Diócesis, D. José Arjona y Dña. Carmen Andrades.

Un encuentro, que como cuenta la Comisión Episcopal de Evangelización, Catequesis y Catecumenado en redes han sido «horas muy ricas e intensas» , haciendo que tras esta reunión hayan salidos «animados en esta apasionante misión evangelizadora dentro de la Iglesia en España».

Por otro lado, tras esta actividad, el prelado llegó hasta Montilla, en la Diócesis de Córdoba, donde en la jornada de ayer se vivía la víspera de la festividad de San Francisco Solano, sacerdote franciscano nacido en esta localidad de la Provincia de Córdoba, que falleció en Lima en 1610 tras 20 años de misión en Perú.

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Convocatoria de subvenciones para conservación del patrimonio religioso

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Convocatoria de subvenciones para conservación del patrimonio religioso

La Junta de Andalucía incentiva hasta el 100% de proyectos por un importe máximo de 40.000 euros

 

El pasado ocho de julio se ha publicado la Convocatoria de Subvenciones  para la conservación – restauración de bienes muebles del Patrimonio Cultural de carácter religioso en Andalucía. Esta convocatoria ofrece incentivos para proyectos de restauración de bienes muebles que se desarrollen por Entidades religiosas inscritas en el Registro de Entidades Religiosas.

Según las condiciones de esta convocatoria, se pueden solicitar estas ayudas para la restauración de obras artísticas (pintura, escultura, retablos, orfebrería, textiles, cerámica, o eboraria, y objetos de interés etnográfico, libros y documentos.

El incentivo podrá llegar hasta el 100% del presupuesto total de la actividad, sin superar la cantidad máxima de 40.000 euros por solicitud.

El primer pago del 50 % del importe de la subvención concedida se realizará tras la publicación de la resolución, el 50% restante se efectuará tras la justificación final del proyecto. La entidad solicitante deberá contar con el hecho de asumir por medios propios la cantidad no subvencionada.

El plazo de presentación de solicitudes finaliza el 1 de agosto de 2025.

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El Obispo preside la misa en la solemnidad de San Francisco Solano

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La Función principal de la Hermandad ha tenido lugar en la parroquia montillana este lunes, 14 de julio

La parroquia de San Francisco Solano ha celebrado los cultos en honor al patrono de Montilla del 5 al 14 de julio. El obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández, ha presidido la misa el 14 de julio, solemnidad de San Francisco Solano. El prelado ha estado acompañado por el párroco, Florencio Muñoz, y los párrocos de las distintas parroquias de Montilla, además de sacerdotes diocesanos con especial vinculación a Montilla y el rector del Seminario San Pelagio, Carlos Jesús Gallardo.

Del 5 al 13 de julio ha tenido lugar una novena, presidida cada tarde por un sacerdote. El obispo de Asidonia-Jerez, monseñor José Rico Pavés, presidió la eucaristía el último día de novena, el domingo, 13 de julio. Terminada la misa del jueves 10 de julio tuvo lugar la vigilia de la Adoración Nocturna.


























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«Doy gracias a Dios que me ha elegido y me ha llamado a este ministerio en medio de mi pobreza»

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Ángel Johan Rodríguez Peña recibió el segundo grado del Orden Sacerdotal el domingo 13 de julio.

La Parroquia San Nicolás de Bari de Murcia acogió en la tarde del domingo 13 de julio la ordenación sacerdotal de Ángel Johan Rodríguez Peña. En la celebración, que estuvo presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, le acompañaron un gran número de sacerdotes, amigos y fieles de diferentes lugares del mundo, y también sus padres que viajaron por primera vez a España para estar junto a él en este momento determinante de su vida.

«Ángel, damos gracias a Dios por ti, porque has sido valiente para decirle al Señor “aquí estoy para hacer tu voluntad”». Con estas palabras el obispo reconocía el camino recorrido por el ordenando en su preparación al sacerdocio, tras dejar atrás su país y su trabajo como abogado «para elegir vivir para Dios y para los hermanos». En pro de llevar a cabo su ministerio sacerdotal de ahora en adelante, Mons. Lorca le dio unas pautas: «Escucha, tiende la mano, ayuda, sonríe siempre, acompaña, protege y sé un hermano, un amigo y un padre para todos». También le recordó la importancia de cuidar la vida interior y la relación con Dios, dando razón de su fe como discípulo, con dulzura y respeto, y junto a los más necesitados.

El sacerdocio como camino a la santidad

De esta nueva etapa de la vida de Ángel Johan como sacerdote, el obispo destacó que «la meta es la santidad en la entrega diaria al servicio del Pueblo de Dios, con un compromiso apostólico por la salvación de todos». Una tarea que comenzará como vicario parroquial en San Nicolás de Bari de Murcia.

«Doy gracias a Dios que me ha elegido y me ha llamado a este ministerio en medio de mi pobreza para hacerme un hombre nuevo y santo, para separarme del pecado y configurarme con Cristo». Con estas palabras comenzó el ya sacerdote la acción de gracias, en la que se dirigió al obispo para agradecerle «su cercanía y ayuda en todo momento», a sus formadores y compañeros en el seminario y, especialmente, a sus padres Ángel Iván y Leila, por transmitirle la fe y acompañarle en este día. Así mismo, pidió a los presentes y a los que seguían la celebración en la distancia la oración para poder llevar a cabo esta misión «con fidelidad, con humildad y con santidad». Ángel Johan Rodríguez celebrará la Eucaristía esta tarde en la Parroquia San Nicolás de Murcia, a las 19:30 horas, y mañana martes 15 de julio, a las 20:00 horas, en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Bullas donde estuvo sirviendo en su etapa como diácono.

Homilía del obispo de Cartagena

Galería de imágenes (Fotografías de Juan Navarro)

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Kacper, nuevo sacerdote de la Diócesis de Cartagena

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El sábado tuvo lugar en la Parroquia Santa Eulalia de Murcia la ordenación sacerdotal de Kacper Krzysztof Klusek, presidida por el obispo de Cartagena.

«Una sola palabra, gracias, no basta para recompensar todo el bien recibido; lo que sí puedo hacer es intentar multiplicarlo y lo haré en cada oportunidad que tenga con la ayuda de Dios; cada misa que voy a celebrar será una verdadera acción de gracias». Así daba gracias a Dios Kacper Krzysztof Klusek, nuevo sacerdote de la Diócesis de Cartagena, después de recibir el segundo grado del Orden Sacerdotal en la mañana del sábado, en la Parroquia Santa Eulalia de Murcia. Lo hizo de manos del obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, en una celebración en la que participaron numerosos sacerdotes y seminaristas; los rectores y formadores de los seminarios; y un buen número de fieles, amigos y familiares, también aquellos que siguieron la ordenación a través de Internet desde Polonia, su país natal.

«Kacper, después de haber venido a esta tierra con la intención de ampliar tus estudios teológicos, has podido comprobar que el Señor Jesucristo tenía mucho interés en salir a tu encuentro». Así se dirigió el obispo al ordenando en la homilía, en alusión a que este joven polaco respondió a su vocación sacerdotal en Murcia, ingresando en el Seminario Mayor San Fulgencio mientras se encontraba de Erasmus. «Mis palabras de agradecimiento a Dios y a tus padres por tu decisión de ser sacerdote de esta Iglesia de Cartagena para el mundo; ellos nos han regalado un hijo, un hermano, pero que tengan la seguridad de que Dios les ha correspondido también: han ganado una gran familia y la acción de gracias a Dios de todos los fieles de esta querida Diócesis».

El prelado le recordó al ordenando la necesidad de «actualizar a diario la conversión» y de cuidar la relación con el Señor, y le pidió que no olvidara el compromiso evangelizador. «Mucho ánimo, Kacper, sigue adelante con sencillez y alegría, dejándote modelar por la gracia de Dios, aprovechando todas las oportunidades que él te irá regalando». Por último, le invitó a no recorrer este camino solo, sino junto a sus hermanos sacerdotes: «Eres parte de este presbiterio, de esta familia. Que Dios te bendiga».

A la homilía le siguió el rito de la ordenación, por el que Kacper recibió el segundo grado del Orden Sacerdotal y se incorporó al presbiterio de la Iglesia de Cartagena.

En su acción de gracias a Dios, el neopresbítero tuvo unas palabras de agradecimiento para sus padres, su familia y sus hermanos de comunidad de Polonia, a quienes se dirigió también brevemente en polaco. Dio las gracias, además, al obispo: «Usted me acogió en la Diócesis con el corazón abierto de par en par, gracias por su confianza, por su fe, por su amor; aquí tiene un servidor más»; y también a todos aquellos que lo han acompañado en su camino vocacional: a los rectores y formadores del Seminario Mayor San Fulgencio; a sus compañeros seminaristas; a sus hermanos de comunidad de la Parroquia Santa Eulalia de Murcia; y a los sacerdotes y fieles de las parroquias por donde ha pasado en sus años de formación. «Doy gracias a Dios por todos y cada uno de vosotros».

Kacper iniciará su ministerio sacerdotal en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Molina de Segura, donde será vicario parroquial.

Homilía del obispo de Cartagena

Galería de imágenes (fotografías de Daniel Muñoz Rodríguez)

 

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El Colegio de Gestores Administrativos se suma como patrocinador al Rosario Magno

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El Rosario Magno, del 4 de octubre, pretende ser un acto de fe y esperanza que marcará la historia religiosa de la ciudad.

La Delegación de Jaén del Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Granada, Jaén y Almería acaban de firmar un convenio de colaboración con el Obispado de Jaén, mediante el cual se compromete a patrocinar la Procesión Magna “Magnum Rosarium Spei: Rosario de Esperanza del Santo Reino”. Esta cita, prevista para el próximo 4 de octubre, se enmarca en los actos del Jubileo de la Esperanza convocado por la Diócesis de Jaén y promete convertirse en uno de los mayores acontecimientos religiosos, culturales y turísticos de los últimos años en la provincia.

La rúbrica del acuerdo contó con la participación de Blas Ogáyar, delegado provincial del Colegio de Gestores Administrativos; Francisco Jesús Carmona, tesorero de la Delegación de Jaén; y José Antonio Sánchez Ortiz, Provicario General de la Diócesis. Durante el acto, el Provicario y coordinador general de la Magna, D. José Antonio Sánchez Ortiz expresó su agradecimiento a los gestores administrativos por ser los primeros en respaldar económicamente esta iniciativa: “Agradecer a los Gestores Administrativos, que han sido los primeros en firmar este patrocinio, quedando abierto a todas las instituciones que deseen ayudar a este gran proyecto y evento que será recordado en toda la provincia de Jaén”.

Esta colaboración se suma al apoyo que diversas entidades públicas y privadas están brindando para la organización del Rosario Magno, una manifestación pública de fe que reunirá en las calles de la capital jiennense a 22 imágenes titulares de distintas cofradías de la Diócesis, acompañadas por bandas de música y miles de fieles. El evento, que será retransmitido por Canal Sur, busca ser tanto un acto de evangelización como una oportunidad para situar a Jaén en el centro del mapa religioso, cultural y turístico del sur de España.

La procesión saldrá oficialmente por la tarde desde la calle Virgen de la Capilla, recorrerá las principales vías de la ciudad y culminará en la Plaza de Santa María, donde se rezará el Santo Rosario ante el Santo Rostro y San Eufrasio, patrón de la Diócesis. El acto incluirá reflexiones escritas especialmente para la ocasión y será acompañado por la orquesta y coral del grupo Musicalma.

Las previsiones apuntan a que más de 40.000 personas asistirán al evento, generando un impacto económico superior a los 3 millones de euros en la ciudad, especialmente en sectores como hostelería, comercio y turismo cultural.

Con su participación en el patrocinio, el Colegio de Gestores Administrativos reafirma su compromiso con la ciudad, la cultura y la fe, y se convierte en uno de los pilares que hacen posible la celebración de este acontecimiento sin precedentes en el Santo Reino.

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El Obispo llama a los jóvenes de Córdoba a ser “protagonistas de la revolución de la caridad”

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El Obispo llama a los jóvenes de Córdoba a ser “protagonistas de la revolución de la caridad”

Monseñor Jesús Fernández presidió en la Catedral la misa de envío de los jóvenes que participarán en el jubileo

El Obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández González, presidió el domingo la Eucaristía de envío de los 562 jóvenes que partirán hacia Roma el 26 de Julio para participar en el Jubileo 2025, cruzar las puertas santas de los templos jubilares y estar presente en la Vigilia de Jóvenes, prevista el día 30 de este mes.

El Obispo se dirigió a una amplia representación de ellos, a los que señaló como “el mejor signo de esperanza para este mundo”, como los nombró el Papa Francisco cuando los convocó a participar en este gran encuentro Jubilar.

Monseñor Jesús Fernández apeló a la exhortación del Papa Francisco Christus vivit, para invitar a los jóvenes a abrir sus vidas a Cristo para que con su ternura y su amor “sane vuestras heridas y dé sentido a vuestra vida”. Don Jesús prosiguió en su homilía alentando a los jóvenes a descubrir su valor como constructores del futuro que “luchan por el bien común”, dispuestos a ser servidores de los pobres y “protagonistas de la revolución de la caridad”, al modo en que la Parábola del Buen Samaritano propone.

El Obispo invitó a los jóvenes a no dejarse arrastrar por la superficialidad y “ser capaces de ir contra corriente y compartid a Jesús” para concluir con un mensaje llamado a celebrar la fe como testigos de la esperanza en Jesucristo “en medio de un mundo herido que sólo la recuperará con fe y amor”, finalizó.

Un itinerario de Esperanza

Los 562 jóvenes cordobeses que vivirán el Jubileo 2025 saldrán desde Córdoba a Barcelona el 26 de julio, donde permanecerán dos noches y visitarán la Sagrada Familia y Montserrat. Dos días más tarde, está prevista la llegada a Génova y el 30 de julio llegará a Roma tras haber recorrido Asís, ciudad de santos, con visitas a San Francisco, Santa Clara y el Beato Carlo Acutis. Ese día 30 llegarán a Roma para participar en el Encuentro de Españoles, visitar los templos jubilares y participar por último en la Vigilia de Jóvenes con el Papa León XIV y la misa de envío.











 

 

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La comunidad jesuita en Granada festeja los 100 años del padre Ignacio Maury

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Cumplidos el 12 de julio, también se celebró ese día la despedida de tres sacerdotes jesuitas que se marchan a otros destinos, entre ellos el propio Maury.

El pasado sábado día 12 la comunidad jesuita en Granada vivió un día “lleno de emociones”.

Dicha comunidad festejó con el padre Ignacio Maury sus 100 años de vida -nació el 12 de julio de 1925- con una misa votiva del Espíritu Santo en la Capilla Doméstica de la Comunidad de Cartuja de Granada.

La misa votiva fue presidida por el padre Juan Antonio Estrada, superior de dicha Comunidad. La celebración continuó con un almuerzo fraterno con los compañeros jesuitas de las dos comunidades de Granada, al que también se sumó un sobrino del padre Ignacio Maury. Una ocasión en la que no faltó la tradicional tarta con el número 100.

Por otra parte, ese mismo día, por la tarde, la iglesia del Sagrado corazón, en el centro de la ciudad, acogió la Eucaristía solemne para despedir en Granada a los tres compañeros que dejan la comunidad de la Cartuja: el propio Ignacio Maury, Eduardo López Azpitarte y Fernando Morales de los Ríos.

A esta Eucaristía asistieron “muchos de los amigos de la Compañía en Granada, las familias de los tres sacerdotes, la Asociación de Antiguos Colegiales del Colegio Mayor Loyola de Granada, los amigos de CVX, de la Facultad de Teología, de la PAL de Andalucía Oriental y los fieles de la Residencia del Sagrado Corazón”, informó la Comunidad jesuita granadina.

La jornada término “compartiendo una copa que se ofreció a todos los asistentes en el patio de la Residencia, tras una celebración y un acto posterior muy emotivos”.

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El Obispo visita el Santuario de la Virgen del Carmen

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Monseñor Jesús Fernández acudió a la iglesia conventual de San Cayetano la tarde del domingo, 13 de julio

El obispo de Córdoba presidió la novena de la Virgen del Carmen el domingo 13 de julio en la iglesia conventual de San José. El prelado durante la novena hizo una honda reflexión sobre la humildad y el amor al prójimo sobre todas las cosas y nombró a la Virgen del Carmen como “enfermera de la misericordia”. A pocos días del día de la Virgen del Carmen monseñor Jesús Fernández ha querido conocer a los Carmelitas Descalzos del convento de San José, que lo acompañaron ante un templo abarrotado de fieles. La Comunidad agradeció la visita del Pastor de la Diócesis.

La iglesia conventual de San José, conocida en Córdoba como San Cayetano, fue declarada Santuario el pasado mes de septiembre, corroborando así la gran importancia que tiene el templo en el culto mariano de la ciudad. Se encuentran inmersos en los días grandes en torno a la Virgen del Carmen. La novena terminará el martes, 15 de julio y el miércoles 16, día del a Virgen del Carmen, tendrá lugar la Función Principal, a las 20:00 horas, tras la cual comenzará la procesión de la Virgen por las calles de la ciudad.






 

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