Una oportuna invitación para que reflexionemos y vivamos la Vida

Diócesis de Cádiz-Ceuta
Diócesis de Cádiz-Ceutahttps://www.obispadocadizyceuta.es/
La diócesis de Cádiz y Ceuta es el resultado de la unión de la Gadicensis y Septensis bajo un único obispo titular, proceso que se inició en 1857 y culminó en 1933. Es sufragánea de la Archidiócesis de Sevilla y no tiene enclaves territoriales en otras diócesis ni de otras en su demarcación.

Una hoja de ruta. La pretensión cristiana en la época posmoderna

Esta obra, que reúne los análisis de siete intelectuales especialistas en diferentes ciencias humanas, constituye una generosa, amable y esperanzadora invitación para que reflexionemos sobre nuestras vidas y para que las vivamos de una manera más auténtica, más lúcida y más humana. Parte del supuesto de que para vivir humanamente no podemos conformarnos con alargar la vida añadiendo minutos a los minutos sino que, además, hemos de trabajar para construir el edificio de una existencia digna, de un yo más completo y de un nosotros más hermanados; de que hemos de llenar nuestro tiempo de valores y nuestro espacio de alicientes plenos y gratificantes. Sí, todas sus reflexiones se refieren a esos tiempos y a esos espacios que ocupan nuestros cuerpos y que necesitan nuestros espíritus; a esas hambres hondas que, asintomáticas, no siempre las notamos.

Las respuestas de los diferentes especialistas a la pregunta inicial del responsable de la edición, el profesor Miguel Ángel Garrido -¿Qué está pasando?- coinciden en el riesgo que corremos de recorrer el tiempo sin haber vivido. Por eso nos orientan para que, además de «sobrevivir» o «supervivir»,  orientemos nuestros pasos hacia la “Vida” porque sólo estudiar, trabajar, descansar, leer, escribir, luchar, ganar o perder, no es Vivir.

La pregunta del doctor Garrido, catedrático e investigador de Análisis del Discurso,  es una estimulante llamada para que nosotros, los lectores, orientemos nuestra lectura partiendo del supuesto de que la vida humana, frente a la de las plantas y a la de los animales, se caracteriza por su multiplicidad de dimensiones y por su variedad de aspectos y, sobre todo, por su potencialidad. Vivir humanamente es sentir con todos los sentidos y con todos los sentimientos, es amar, esperar, temer y soñar. Reducirla a una sola dimensión es empobrecerla, mutilarla y, a veces, sacrificarla por completo y, por eso, o vivimos en plenitud cada uno de los instantes caminando hacia la búsqueda de sentido o no vivimos la vida. Su ensayo inicial -que denuncia el relativismo absoluto de esta sociedad posmoderna- nos proporciona la fórmula brey la clave para vivir y para “proclamar” de una manera más plena el relato cristiano: mostrar con el testimonio la convergencia de la cultura y la fe.

Clara, por su lenguaje “sencillo y literario”, y, en estos momentos, especialmente oportuna, la denuncia que hace el ensayista Rob Riemen del “cientifismo”, de la violenta imposición de los procedimientos inductivos característicos de las ciencias naturales como la fuente exclusiva de los saberes auténticos sobre el hombre y sobre la sociedad, de la defensa dogmática del método científico como el único capaz de proporcionar los conocimientos verdaderos.

Especialmente acertado es, a mi juicio, el agudo comentario crítico del profesor, poeta y periodista Enrique García-Máiquez sobre “Verdad, belleza y bien en Roger Scruton”. En estos momentos en los que extiende la impresión de que la verdad, la belleza y el bien pierden valores de mercado, es importante abordar las consecuencias graves de su devaluación en la vida individual y colectiva. Tengamos en cuenta que esta corriente socaba los fundamentos de las convicciones que sustentan y orientan las tareas profesionales, las relaciones sociales, las ideologías políticas y las convicciones religiosas. En resumen, tiene mucho que ver con nuestra vida individual y con nuestro bienestar colectivo.

El análisis que hace el profesor Garrido sobre la obra de Tom Wofe  El reino del lenguaje (2016) que aborda las teorías vigentes durante la mitad del siglo XX en los ámbitos académicos sobre el origen y sobre el funcionamiento del lenguaje humano constituye, a mi juicio, una base epistemológica sólida para calibrar la importancia irrenunciable de la búsqueda de la verdad y, como consecuencia, el fundamento de la necesidad y de la obligación de denunciar esa tendencia creciente a devaluarla. Sus agudos comentarios nos sirven para advertir el olvido de las aportaciones de la Retórica, de la Dialéctica, de la Estética y, en general, de la Ciencias Humanas, unas herramientas imprescindibles para una “educación” humanista y para una vida humana. Estamos de acuerdo en que la formación del pensamiento, de la palabra y de los comportamientos tiene mucho que ver con la bondad, con la belleza y, por lo tanto, con la felicidad y con el bienestar.

Íntimamente conectadas con los análisis anteriores son las reflexiones de catedrático de Filosofía Juan Arana sobre la necesidad de conectar las Ciencias Naturales con las Ciencias Humanas, una cuestión que está relacionada con las reflexiones actuales sobre el cuerpo y el espíritu. Su denuncia clara del sometimiento de los trabajos de investigación a los intereses inmediatos de instancias económicas, sociales o políticas, pone el dedo en esa amplia llaga que, “progresivamente”, se está abriendo entre las Ciencias de la Naturaleza y las de la Cultura, e, incluso, empobreciendo la función iluminadora y estimulante que ha de cumplir la Universidad en nuestra sociedad actual.

Andrés Ollero, catedrático de Filosofía del Derecho, defiende y explica su convicción de que el derecho es un “mínimo ético” de carácter indispensable para posibilitar una convivencia realmente humana porque genera una verdadera obligatoriedad moral. ¿Por qué? Porque él considera que el derecho es un conjunto de exigencias éticas derivadas de la propia naturaleza del hombre. Apoya su teoría en la afirmación del papa Benedicto XVI: “no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios”. Mediante esta argumentación abre una vía razonable y coherente para orientar el diálogo entre “fe y razón” descartando a quienes profesan el fideísmo que conciben a dios fuera de la lógica y hasta “justifican el recurso a la violencia en nombre de los sacrosantos derechos de la verdad”, y, por otro lado, a quienes defienden el positivismo radical sin llegan a liberarse de la “autolimitación moderna de la razón” que identifica dogmáticamente la razón, la ciencia y el método experimental.

María Calvo Charro, profesora titular de Derecho, explica, justifica y defiende la su convicción de que “la mujer actual” posee una identidad propia determinada por razones biológicas, antropológicas y sexuales. Reconoce que, a lo largo de la historia, desde la antigüedad griega hasta nuestros días, se han producido movimientos de rechazo a la diferenciación en el ámbito de la filosofía, de la ética y de la antropología, y sustenta que la defensa de iguales derechos y deberes humanos, y la lucha por la justicia y por la dignidad de la mujer no equivalen a una igualdad con el varón en todas las facetas de la vida. Denuncia con palabras categóricas la crisis de identidad que se está produciendo en la sociedad contemporánea cuya meta es “llegar a una sociedad sin clase de sexo, por medio de la deconstrucción del lenguaje, de las relaciones familiares, de la reproducción, la sexualidad y de la educación.

Y, finalmente, el colofón de la cálida, luminosa y estimulante entrevista y del relato de José Jiménez Lozano, un escritor sutil, un humanista actual y un creyente coherente que nos habla sobre la palabra, la lectura y la escritura, y que nos invita cordialmente a ahondar el sentido de la vida humana.

José Antonio Hernández Guerrero

Ver este artículo en la web de la diócesis

Contenido relacionado

VII Retiro de Emaús Mujeres Cádiz

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica,...

La Pastoral Obrera reclama un mayor compromiso en el cuidado de las personas trabajadoras

El 1 de mayo, conmemoramos el Día Internacional de los Trabajadores...

Ceuta acogió la formación 500 de Cursillos de Cristiandad

Del 19 al 21 de abril, se celebró en la Ciudad...

Enlaces de interés